El pasado sábado, 8 de
septiembre, tuvimos el privilegio de sentir los nervios que pueden generarse al
tener la responsabilidad de organizar algunos detalles para un evento
importante, una boda. Y tras el evento, aun nos sentimos más privilegiadas al ser reconocida
una labor hecha desde el más absoluto cariño.
Antonio y Verónica se conocieron
en Londres y en un pedacito de esa fantástica ciudad quisieron que se
convirtiera un Photocall que hicimos para ellos. Recreamos un pequeño escenario
que bien podía parecer un rinconcito de un salón de té inglés. Lo colocamos en
el jardín de la finca en la que se celebraron la ceremonia, el cóctel, la cena y la
fiesta hasta, según nos consta, tempranas horas de la mañana siguiente. El
escenario era perfecto para pasar un rato divertido y hacerse una foto con
amigos y familiares durante un ameno cóctel.
Los cuadros huecos del Photocall
sirvieron para que los invitados al evento pudieran utilizar su mejor pose y ¡parecer
pinturas de grandes artistas! Da mucho juego la idea. Y aprovechando que habíamos
colocado una mesita y dos sillas en nuestro escenario, se nos ocurrió la idea
de que sirviera para dejar un mensajito a los novios en un libro de firmas que
los fotógrafos contratados para la boda les habían hecho con las fotos de una
preciosa sesión pre-boda.
Dejamos en este post algunas
fotos que hicimos durante el montaje. Cuando podamos os enseñaremos las fotografías
profesionales, por cortesía de los novios.
Además del Photocall y del rincón
de firmas, Antonio y Verónica querían sorprender a sus invitados con algo
divertido para la fiesta en la discoteca de la finca, que seguiría a la cena. Por
ello, además de instalar una apetitosísima barra de chucherías, colocamos unos
globos-novios, que acabaron siendo casi igual de protagonistas que los novios
porque bailaron con la mayoría de los invitados. El dulce rincón hizo las
delicias de los más pequeños al inicio de la fiesta y de los más bailongos al
final de la misma, cuando ya casi se asomaba el sol de un nuevo día.